jueves, 18 de junio de 2009

Dinamarca aprueba la igualdad en la sucesión a la Corona:

El pasado domingo 7 de junio, coincidiendo con la celebración de las elecciones europeas, los daneses acudieron a las urnas para ratificar una reforma de la Ley de Sucesión consistente en la igualdad entre el hombre y la mujer en la sucesión a la Corona danesa.

Los debates sobre dicha cuestión se iniciaron en 2005 con motivo del embarazo de la princesa Mary Donaldson. La incertidumbre se adueñó del país escandinavo, pues con la entonces vigente preferencia del varón sobre la mujer en el acceso al trono podía acontecer la injusticia que habiendo nacido antes una niña, un eventual hermano varón pudiera pasar por delante en la línea de sucesión a la Corona. Para prevenir que una situación de este tipo pudiera tener lugar, al contrario de lo sucedido en Suecia en 1980 con Carlos Felipe y Victoria, el gobierno liberal de Anders Fogh Rasmussen llevó a cambio una reforma en las leyes de sucesión a la Corona. Dicho proceso era largo y complejo: exigía una aprobación inicial del Parlamento antes de elecciones y una segunda votación con el nuevo Parlamento ya elegido.

La ley fue votada en 2006 suscitando la práctica unanimidad de la cámara a excepción de una sola abstención. Finalmente la segunda votación tuvo lugar el pasado 24 de febrero con los mismos resultados que en 2006 a excepción de dos abstenciones. De esta forma el gobierno de Rasmussen convocó el referéndum para la ratificación definitiva de la ley: una prueba de fuego para conocer el apoyo a la monarquía entre la ciudadanía danesa. En principio el referéndum no debía suponer ningún tipo de problemas para que la monarquía danesa superase la prueba, pues todos los partidos solicitaron el voto a favor de la ley y tan sólo los radicales de izquierda pidieron la abstención por ser republicanos y por la prohibición contemplada en la ley para que los hijos nacidos fuera de matrimonio puedan heredar la corona.

Pero para poder ser reformada la Ley de Sucesión exige una participación en referéndum superior al 40% de los votantes. Habida cuenta de la coincidencia del plebiscito con las elecciones europeas se temía una participación excesivamente baja que invalidase el proceso, sumiendo a la monarquía danesa en una grave crisis de confianza. A lo largo de la campaña algunos sectores opuestos a la ley quisieron sembrar la confusión señalando que la reina Margarita se oponía a la reforma, pero Fogh Rasmussen desbarató dicha teoría señalando que la reforma había sido consultada con la Casa real antes de haber sido puesta en marcha.

Finalmente la participación superó en veinte puntos la barrera mínima y sus resultados fueron declarados válidos. Un 60% de los daneses participó en el referéndum y de ellos un 85% votó a favor del cambio, mientras que la oposición tan sólo fue de un 14% y el voto en blanco o nulo del 9,2%. Estos resultados demuestran que la monarquía danesa goza de una excelente salud y de un hondo apoyo popular, pues el 40% de abstención jamás puede entenderse como un voto antimonárquico o republicanista. Los republicanos radicales de izquierda solicitaron el voto en blanco o nulo como un voto contrario a la monarquía y han fracasado: tan sólo les ha seguido un 9,2% frente al 85% que ha dicho si. También han fracasado los conservadores que apostaron por una monarquía caduca y pasada de moda apostando por el no (tan sólo un 14%).

No hay comentarios:

Publicar un comentario