viernes, 16 de octubre de 2009

Disputa entre Enrique y Jean d’Orleans:

La desafortunada casa de Orleáns no gana para desgracias. A la amargura de su condición de reyes sin trono y la ruinosa situación de sus arcas debe sumar la agria disputa entre Enrique de Orleáns y su hijo Jean d’Orleans.

En 1957 se casó con María Teresa de Wüttemberg y tuvo cinco hijos dos de los cuáles resultaron gravemente disminuidos. En 1984 se divorciaron y ese mismo año se casó con la aristócrata brasileña Ana María Cousiño de León hecho que provocó que su padre Enrique le desposeyera de sus derechos al trono de Francia. Sin embargo le devolvió los derechos y cuando Enrique murió en 1999 se convirtió en Conde de París y Duque de Francia.

Hace poco tras años de pleitos el Tribunal de la Rota concedió a Henri la nulidad de su matrimonio con la madre de Jean. El Tribunal de la Rota basó su fallo en base a la coacción que sobre él había ejercido su padre para que se casara con María Teresa de Wüttemberg. Esta decisión permitió a Henry y Ana María contraer matrimonio canónico hace apenas un mes. Ninguno de sus hijos acudió a la boda y la polémica ha explotado con las graves acusaciones que Jean profiere contra su progenitor. Considera la nulidad matrimonial y la boda religiosa con Ana María Cousiño ofensiva, de mal gusto y un atentado contra las leyes de Dios y contra la familia real de Francia.

Debería saber Jean de Orleáns que incluso la Iglesia católica otorga una segunda oportunidad mediante la vía de las nulidades. Que Henri ha recurrido a ella por tener un argumento justificado y el Tribunal de la Rota la ha dado la razón así que no hay nada más que decir. las sentencias de los tribunales se cumplen y las del Tribunal de la Rota también: el primer matrimonio de Henri con María Teresa de Wüttemberg no vale y por tanto está en su derecho de rehacer su vida con Ana María Cousiño.

En Henri de Orleáns posee la dinastía de Orleáns a un hombre moderno, de su tiempo. Tras la muerte de su padre devolvió los derechos dinásticos a sus hermanos Michel y Thibault a quienes Henri padre había desposeído de sus derechos por haberse casado con plebeyas. Si algún día la monarquía estuviera en disposición de volver Francia necesita un Rey moderno, un Rey de su tiempo y con estas declaraciones Jean ha demostrado estar mucho más atrasado que su padre. Jean es un hombre del siglo XIX y en cambio Henry hecho todo un anciano es un hombre del siglo XXI. No está preparado para las elevadas responsabilidades que un día debería desempeñar. Las declaraciones de Jean le deslegitiman totalmente y su padre debería tomar una decisión drástica: desposeerle de sus derechos dinásticos al trono de Francia. Así pues Henri de Orleáns debería nombrar a Eudes heredero al trono de Francia.